La verdad es que pocas veces nos enfrentamos de forma consciente a la idea de vivir, de “seguir” viviendo. Yo no estaba preparado para Morir, pero lo cierto es que tampoco lo estaba para Vivir.

Cuando me detectaron el cáncer y me comunicaron que lo tenía me fue imposible hacerme a la idea: asumir por un momento la posibilidad de la muerte -mi muerte- o lo que es lo mismo, la finitud de mi vida. Cuando más adelante el médico me dijo que el tumor había detenido su crecimiento, que estaba dormido, desactivado, y que podía permanecer así por mucho tiempo, como podéis imaginar fue una gran alegría. Pero cuando añadió que lo que me tocaba ahora era VIVIR, me sorprendió reconocerme a mí mismo que tampoco estaba preparado para eso ¿Cómo que VIVIR? ¿Cómo es eso de “seguir” con mi vida?

De modo que llevaba todo este tiempo intentando aceptarme como ser mortal, finito, y cuando ya estaba conviviendo con la idea, cuando ese miedo a la muerte que habita dentro de mí estaba más apaciguado, más acogido, va el médico y me dice: “venga anda, ahora a vivir” ¿?

De repente toda esa pirámide de preocupaciones, objetivos, esfuerzos que había dirigido a contener y convivir con la enfermedad, y toda esa energía física, emocional y mental que había invertido en abordarla y que habían relegado al segundo, tercer o cuarto plano a todo lo demás, todo eso de repente perdió su urgencia y relevancia.

Esa que por una parte es una gran liberación, por otra parte ha provocado que tenga que  volver a tomar consciencia de mis necesidades, de mis deseos. Sobre todo ha hecho que tenga que restablecer prioridades; volver al día a día mundano, a las pequeñas decisiones que en comparación con la preocupación por la muerte pueden parecer insignificantes, pero que si no te estas muriendo hay que tomar sí o sí: pasar la ITV, hacer la compra, pensar en regalos de Reyes,… en definitiva, mirar hacia fuera en vez de estar mirando tan para adentro.

¡Qué rara la vida! ¡Qué recovecos nos/me tiene preparados!, como me decía un maestro mío: “las personas deseamos el cambio, aunque este sea demasiado grande para lo que podemos sostener. A lo que verdaderamente podemos aspirar con esa idea es a nuestra transformación”. Creo que esto se acerca bastante a lo que estoy viviendo. En aquel momento abrazar la idea de la muerte, de la transitoriedad la vida cuando yo no estaba preparado resultó ser un cambio demasiado grande, algo que no podía asumir de golpe.

En lo que sí que  creo que poco a poco me estoy transformando  es para vivir y sostener la posibilidad de la muerte mientras vivo; vivir y seguir viviendo sabiendo que me voy a morir.

Si quieres yo te puedo acompañar en tu propio proceso de transformación y de ir hacia la vida. Puedes reservar una cita gratuita AQUÍ.

Y como se pregunta Jose Luis San Pedro en el video que dejo más abajo ¿Para qué vivimos? ¿Cuál es el sentido de la vida?

Pues lo cierto es que yo aún no lo tengo del todo claro, aunque para mí está relacionado al menos con el significado de las siguientes palabras y verbos:

  • Compartir-me: ser lo que soy y poder mostrarme y compartirlo con los y las demás.
  • Dar-me: Entregarme al otro, ser con lo que soy, sin más pretensión. Dejarme vivir todas las emociones que surgen dentro de mí y tener la honestidad de compartirlas.
  • Acompañar-me: acogerme y abrazarme en mi realidad con mis posibilidades y mis carencias. Tener siempre una actitud acogedora y amable hacia mí.
  • Amar-me: tener una mirada luminosa hacia el otro ser, hacia mí y hacia la vida.
  • Estar/permanecer: simplemente estar sin hacer, sin objetivo ni fin, sin intentar manipular la realidad.
  • Relativizar: Comprender que nada es para siempre, que todo llega y todo pasa.
  • Rutina: aceptar los ciclos de la vida.
  • Ilusionar-me: siendo sincero en estos momentos no estoy muy conectado con esto aunque creo que es importante para mí para vivir.

Seguro que son más, pero estos son los que me salen espontáneamente ahora y los que comparto con vosotros/as.

Thomas Moore en su libro «Las noches oscuras del Alma» nos dice; El alma se siente satisfecha con lo ordinario. Si usted conoce a personas que han triunfado, habrá observado que atesoran la vida cotidiana y que esta actividad sirve de base para otra actividad mas visible. Es posible que en su fuero interno ansíe alcanzar un éxito fulgurante, pero el alma profunda anhela relaciones y compromisos ordinarios. Desea amistad, familia y comunidad.»

Hacer este pequeño listado sobre qué significa para mí el verbo VIVIR ha resultado ser un ejercicio muy útil, por eso te invito a que te hagas las preguntas ¿Para qué vivo? ¿Cuál es el sentido de mi vida?  y hagas tu propia lista y si lo deseas lo compartas conmigo. Puedes reservar una cita gratuita aquí.

Y como os comentaba más arriba, dejo aquí un vídeo de José Luis San Pedro reflexionando sobre la vida y el vivir «Que es la sabiduría – El arte de vivir«.

Abrazos

Guillermo
630 15 42 39

 

En estos momentos me dedico a la  Terapia gestalt Madrid (de forma individual y grupal), a dinamizar circulo de hombres (Masculino plural y caminando entre hombres), el masaje californiano y al trabajo de autoconocimiento a través de la propuesta corporal  “Movimiento Cuerpo y Creatividad” basada en el Proceso corporal integrativo.

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